Un asesinato en Carolina del Norte alimenta la polémica conservadora

Un video de seguridad que captó el apuñalamiento de una mujer en Charlotte se convirtió en un catalizador para los argumentos conservadores sobre los supuestos fracasos de las políticas demócratas.
El video, captado por una cámara de seguridad de Charlotte, Carolina del Norte, muestra a una mujer de 23 años llamada Iryna Zarutska sentada en un tren ligero durante una noche a finales de agosto, vestida con el uniforme de la pizzería donde trabajaba.
Ella estaba viendo su teléfono cuando, de pronto, un hombre sentado detrás de ella se levantó, empuñando un cuchillo en la mano derecha. Según la policía, momentos después, el hombre apuñaló y mató a Zarutska, una refugiada ucraniana, en lo que pareció un ataque aleatorio y sin provocación.
La policía detuvo poco después a Decarlos Brown Jr. y lo acusó de asesinato en primer grado. Sin embargo, el brutal asesinato no atrajo mucha atención sino hasta que se publicó el video de seguridad a fines de la semana pasada. En ese momento, se convirtió en un catalizador para los argumentos conservadores sobre la delincuencia, la raza y las supuestas fallas de los sistemas de justicia de las grandes ciudades y de los medios de comunicación tradicionales en la era Trump.
La indignación por el asesinato de Charlotte forma parte de un patrón en el que el presidente Donald Trump y sus aliados señalan crímenes horribles para reforzar su argumento de que Estados Unidos está asolado por una 'carnicería estadounidense', como dijo Trump en su primer discurso de investidura, a pesar de que las estadísticas muestran que la delincuencia está disminuyendo. En Charlotte, la delincuencia general descendió un 8 por ciento en el primer semestre de este año en comparación con el mismo periodo del año anterior, según la policía, mientras que los delitos violentos se redujeron un 25 por ciento.
El sábado, el representante republicano Mark Harris, quien representa a partes de Charlotte, se refirió al ataque como 'un microcosmos de una epidemia nacional'. El lunes, la Casa Blanca calificó a Brown, quien las autoridades dicen que es una persona sin hogar con problemas de salud mental, de 'monstruo trastornado' con un 'largo historial de antecedentes penales', culpando a los demócratas locales del asesinato y acusándolos de no ser duros con la delincuencia.
'Es la culminación de los políticos, fiscales y jueces demócratas de Carolina del Norte que dan prioridad a agendas woke que no protegen a sus ciudadanos cuando más los necesitan', decía el comunicado de la Casa Blanca.
El año pasado, los conservadores utilizaron con éxito el asesinato de una estudiante de enfermería en Georgia, Laken Riley, a manos de un migrante venezolano que había entrado de manera ilegal al país, para impulsar el miedo a la delincuencia de los migrantes. Mientras que algunas personas de la izquierda señalan datos que demuestran que los inmigrantes tienen menos probabilidades de cometer delitos que los estadounidenses nacidos en el país, algunos conservadores sostienen que cualquier delito cometido por alguien que se encuentre ilegalmente en el país podría haberse evitado mediante una aplicación estricta de las leyes de inmigración.
Trump destacó en repetidas oportunidades el asesinato de Riley al argumentar que las políticas fronterizas de su predecesor, Joe Biden, habían hecho que el país fuera menos seguro.
 
Fuente: https://www.nytimes.com/